Laura Rodríguez

Ya no queda nadie
No recuerdo cuántos éramos igual que nunca supe cuántos fuimos como nunca supe cuántos fueron antes que nosotros ni cuántos los que fueron antes que los que fueron antes que nosotros.
Si sé, sin embargo, que la casa, desde antes que cualquiera haya podido recordar alguna vez, siempre ha estado ahí, y que unos sobre otros hemos ido acumulando sedimentos de nuestras vidas para seguir siendo nosotros, y para seguir alzando la casa que en realidad fuimos nosotros.
Y nos hemos estancado y pareja la casa se ha estancado. Sí, necesariamente nos hemos ido muriendo o nos hemos ido marchando a otras casas nuevas, carentes de sedimentos, carentes de vida, o nos hemos alejado a otras tierras que de tan lejanas nos impiden el retorno.
Ha sido así, aquí ya no queda nadie.
La casa, nuestra casa y nosotros mismos, se ha acostumbrado al silencio y al cerco tenaz del tiempo y de la naturaleza que ya mina sus contrafuertes. Hemos necesitado muchos más de cien años, porque siempre hemos vencido a la soledad nunca al abandono.
Pedro García